-Parte en casa- [Edith]
Después de sentir los varios golpes por parte de la joven, el albino tomó sus manos y comenzó a tirarle hacia la cocina, esperando a que nadie le escuchase. —— ¿te asustaste mucho? —— susurró, sonriendo dulcemente, acercando el cuerpo de la pelirroja desde el extremo de la cintura.
—— no —— respondió la joven
—— ¿de verdad? —— preguntó, nuevamente, tocando con las puntas de los dedos el labio inferior de la dulce muchacha, haciendo que está quisiese alejarse de su lado.
—— ¿no dijiste ni una vez mi nombre mientras estabas asustada? ——
le dijo, quitando el poco espacio que ambos cuerpos sostenían entre si. —— ¿ni una? —— repitió, riendo como idiota, extorsionando a la niña para que dijese la verdad.
—— bien, si no me dices —— le sonrió, rozando sus labios con los de ella, dulces, leves, sin imponer presión en la pelirroja. Al poco tiempo sintió como la joven quería apartarse de él; aferró sus brazos y le atrajo más, aumentando la intensidad del toque de labios. —— respira —— comunicó, sintiendo como la muchacha aspiraba una buena bocanada de aire; dándole a entender que el beso no se detendría. Pegó sus labios a ella nuevamente, duplicando la velocidad, sonriendo cada vez que le era posible, sujetando su cuerpo fijo contra el de él; acariciando su boca con la lengua, mostrando todo el deseo que tenía dentro de él. —— ¿aun ahora no me dirás la verdad? ——
-Parte en casa- [Jodie]
—— ¡Vamos! no fue tan grave —— Imploraba el joven, siguiendo cual perro a la morocha enfurecida; terminando a pocos metros del jardín principal. —— nadie murió —— continuo; caminando paso a paso detrás de la muchacha. Ella parecía realmente molesta, corriendo sin dirección como si su vida dependiera de ello, sin responder a ninguno de los llamados del pelinegro
—— Perdóname ya —— Tocó su mano levemente, para tirar de ella al mismo tiempo, atrayendo el cuerpo de la muchacha a donde él se encontraba, le miró, sonriendo dulcemente, mientras presionaba su cuerpo al propio. —— ya perdóname —— imploró, poniendo ojos de cachorro arrepentido. Jodie no respondió.
—— por favor~ —— agregó, con tono aniñado. Acercó a la joven un poco más, notando el rojo que sobresalía en su rostro. —— ¡Ah, estás sonrojada! —— grito emocionado —— ¿por qué? —— la muchacha comenzaba a molestarse, por lo que, elevó su mano, golpeando fuerte la mejilla de quien le sujetaba —— ¡Ah! ¿y ahora que hice? —— Preguntó, viendo a la joven aun más roja, con la mano muy alta.
—— ¿puede ser que fue por qué dije que te sonrojaste? —— dijo —— no lo hice —— susurró ella —— si lo hiciste —— confirmo él —— que no —— negó ella.
—— ¿a si? —— le tomó por lo hombros, acercando su rostro peligrosamente, siendo tarde cuando la morocha pudo percatarse del beso que le había sido robado —— ¿y ahora? —— río
-Parte en casa- [Zaira]
La joven se daba a la fuga, saliendo de la habitación para terminar de pie en la sala principal, tiró su cuerpo en uno de los sillones, intentando recuperar el aire que hacia falta en su pecho. —— Me siento mejor ahora —— toco su frente con una mano, ahogando todo pensamiento en respiros largos y nerviosos. Todo estaba en silencio, nadie a su alrededor.
—— ¿sigues molesta por la broma, acaso? —— La muchacha se sobresalto al escuchar una voz detrás de ella, girando al encuentro de Dimitri; quien, parecía haberle observaba desde hace un rato. —— yo también estoy un poco decepcionado —— sonrió —— no creí que fueran tan idiotas —— río. Ella no dijo nada, simplemente quedó en silencio.
—— Disculpa la curioso, pero ¿estás bien? —— preguntó, preocupado por el rostro que la muchacha mostraba ante él.
—— Puedes decirme —— continuó —— déjame en paz —— el muchacho miró a la chica con tristeza, cruzando una mano por encima de su brazo, llegando el camino hasta su mano, la tomó con delicadeza, acariciando tiernamente su piel. —— no me iré —— pronunció por lo bajo. —— ¡Déjame en paz, aléjate! —— Grito enfurecido, saltando del asiento con rapidez e ira.
—— ¡Espera! —— llamó el joven
—— Déjame sola ¿por qué no te vas? ——
—— no quiero que nada malo te pase —— murmuró, arrastrando hasta él el cuerpo de la muchacha, haciendo que su cabeza quedará apoyada sobre su hombro; abrasando fuerte.
—— suéltame —— pidió, mientras sus manos se movían delicadamente, rodeando la espalda del joven.
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